Resumen El eritema tóxicum neonatal (ETN), también conocido como eritema tóxico del recién nacido, es una erupción cutánea benigna, autolimitada y transitoria que afecta a aproximadamente el 48-72% de los recién nacidos a término, con menor incidencia en prematuros. Esta revisión bibliográfica resume la etiología, epidemiología, diagnóstico, diagnóstico diferencial y tratamientos más recientes, basados en avances hasta septiembre de 2025. El ETN se presenta típicamente en la primera semana de vida y resuelve espontáneamente sin complicaciones, destacando su naturaleza inofensiva y la importancia de la educación parental para reducir ansiedad. Introducción El eritema tóxicum neonatal fue descrito por primera vez en el siglo XV por el pediatra B. Metlinger y nombrado por Karl Leiner en 1912. Es la erupción pustular más común en recién nacidos, con una incidencia del 40-70%, más frecuente en bebés a término con peso superior a 2.500 g. Se manifiesta como pápulas o pústulas amarillentas de 1-3 mm rodeadas de eritema irregular, con un aspecto «picado por pulgas», afectando cara, tronco y extremidades proximales, pero respetando palmas y plantas. Aparece usualmente en el segundo o tercer día de vida y resuelve en 5-14 días, aunque puede recurrir. Aunque asintomático y benigno, puede generar preocupación en padres, por lo que el diagnóstico preciso es clave. Esta revisión se basa en literatura actualizada hasta septiembre de 2025. Etiología y Causas La etiología exacta del ETN permanece desconocida, pero se proponen varias teorías. Una sugiere una respuesta inmune a la colonización microbiana de los folículos pilosos postparto, con mediadores inflamatorios como IL-1 alfa, IL-1 beta, IL-8, eotaxina, aquaporinas 1 y 3, psoriasina, óxido nítrico sintetasas y HMGB-1. Otras hipótesis incluyen una reacción alérgica a sustancias transplacentarias, una reacción injerto contra huésped por linfocitos maternos (no confirmada recientemente), o exposición al meconio. Factores de riesgo incluyen primer embarazo, nacimiento a término, sexo masculino, peso alto al nacer, parto vaginal, trabajo de parto prolongado, clima cálido y húmedo, y dieta con sustitutos de leche en polvo. Las lesiones muestran eosinófilos prominentes, indicando una respuesta alérgica o inflamatoria, con mastocitos expresando triptasa pero sin péptido antimicrobiano LL-37. Diagnóstico El diagnóstico es principalmente clínico, basado en la apariencia de pápulas o pústulas firmes de 1-3 mm con base eritematosa irregular en bebés sanos. Las lesiones aparecen en la primera semana, pico al segundo día, y resuelven en 7-14 días. No se requiere laboratorio rutinario, pero un frotis de pústula con tinción de Wright o Giemsa revela eosinófilos predominantes (hasta 90%), y puede haber eosinofilia periférica. En casos atípicos o con signos de enfermedad, se excluyen infecciones con preparación de KOH, Tzanck o cultivos para herpes, varicela o hongos. Biopsia, rara vez necesaria, muestra infiltrado eosinofílico en la vaina radicular externa del folículo piloso y pústulas intraepidérmicas. Diagnóstico Diferencial El ETN debe diferenciarse de otras erupciones neonatales benignas e infecciosas. Incluye: miliaria rubra (relacionada con ductos sudoríparos, células mononucleares), miliaria cristalina, acné neonatal (comedones, pústulas en cara), pioderma estafilocócico (pústulas con neutrófilos), candidiasis congénita (afecta palmas y plantas), herpes simple neonatal (vesículas agrupadas, Tzanck positivo), varicela neonatal, acropustulosis infantil (pústulas en manos y pies, recurrente), melanosis pustular neonatal transitoria (presente al nacer, neutrófilos, afecta palmas/plantas), incontinentia pigmenti (vesículas lineales, eosinófilos, más en niñas), folliculitis eosinofílica, impétigo estafilocócico y sepsis. Características clave: ETN no afecta palmas/plantas, es asintomático, con eosinófilos; infecciones muestran organismos o neutrófilos. Tratamientos Dado su carácter benigno y autolimitado, no se requiere tratamiento específico. El manejo se centra en la educación y reassurance a los padres sobre su naturaleza transitoria y no infecciosa, para reducir ansiedad. Se recomienda limpieza suave con productos para piel sensible, evitando irritación o manipulación de las lesiones para prevenir infecciones secundarias. No hay avances terapéuticos recientes hasta 2025, ya que no se necesitan intervenciones; el enfoque permanece en observación y higiene. Conclusión El ETN es una condición común y benigna en recién nacidos, con etiología incierta pero posiblemente relacionada con respuestas inmunes posnatales. Su diagnóstico clínico y resolución espontánea enfatizan la importancia de diferenciarlo de entidades infecciosas para evitar tratamientos innecesarios. Futuras investigaciones podrían aclarar mecanismos etiológicos, pero actualmente, la reassurance parental es clave para su manejo. Referencias [0] Erythema Toxicum – StatPearls – NCBI Bookshelf – https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK470222/[1] Erythema Toxicum Neonatorum Differential Diagnoses – https://emedicine.medscape.com/article/1110731-differential[2] Erythema Toxicum Neonatorum – an overview | ScienceDirect Topics – https://www.sciencedirect.com/topics/medicine-and-dentistry/erythema-toxicum-neonatorum[3] Newborn Skin: Part I. Common Rashes – AAFP – https://www.aafp.org/pubs/afp/issues/2008/0101/p47.html[4] Erythema Toxicum – PubMed – https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29261957/[6] [PDF] Erythema Toxicum Neonatorum Revisited – https://cdn-uat.mdedge.com/files/s3fs-public/Document/September-2017/083010013.pdf[7] Erythema Toxicum Neonatorum: Causes, Symptoms, Treatment – https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/24390-erythema-toxicum-neonatorum Autor: Dr. Alexey Sebasco